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miércoles, septiembre 24, 2008

CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES PURA COINCIDENCIA…
En los países latinoamericanos, el fútbol se ha convertido en una ventana de la idiosincrasia y folklore de su gente. No es casualidad que de las tierras de los “reyes de la improvisación y enemigos de la planificación” o llamados también latinoamericanos, surjan los magos más fantásticos del fútbol mundial, capaces de improvisar e inventar las jugadas que no existen y que lanzan por los aires los libretos de los técnicos más estudiosos. Es mucho más fácil hablarle de tácticas a un europeo que a un latino, eso pregúntenselo a cualquier técnico.
Otro caso muy folklórico en Latinoamérica, es el de la creencia en brujos y maldiciones que pueden ser más poderosas que la peor de las enfermedades y más eficaces que el mejor de los remedios, y a estas creencias tampoco el fútbol se ha escapado.
Con la tranquilidad de saber que mi Barcelona querido estaba clasificado y sin ninguna presión encima (definitivamente creo que a veces los hinchas sufrimos y nos presionamos más que los propios protagonistas), me enfrasqué en una espectacular lectura de un libro titulado “El fútbol a sol y sombra” del escritor uruguayo Eduardo Galeano.
En este libro, Galeano hace una brillante recopilación de anécdotas sucedidas a través de la historia del fútbol, desde sus románticos comienzos a principios de siglo hasta llegar al grandioso espectáculo y generador de dinero de nuestros días.
Uno de los relatos del libro, Galeano lo titula “Dios y el diablo en Río de Janeiro”, y he querido compartirlo literalmente con ustedes porque me causó una enorme gracia. Ojo que no soy creyente de brujerías ni nada por el estilo, pero me parece que por acá tenemos un caso bastante parecido al de la historia.
A continuación les transcribo buena parte del relato :

Dios y el Diablo en Río de Janeiro
“Una noche de mucha lluvia, mientras moría el año 1937, un hincha enemigo enterró un sapo en el campo de juego del club Vasco da Gama, y lanzó su maldición :
-¡Que el Vasco no salga campeón en doce años!, ¡Que no salga, si hay un Dios en los cielos!
Arubinha se llamaba este hincha de un cuadro humilde, que el Vasco da Gama había goleado 12 a 0. Escondiendo un sapo, de boca cosida en tierras del vencedor, Arubinha estaba castigando el abuso.
Durante años, hinchas y dirigentes buscaron el sapo en la cancha y sus alrededores. Nunca lo encontraron. Acribillado de pozos, aquello era un paisaje de la luna. El Vasco da Gama contrataba los mejores jugadores de Brasil, organizaba los equipos más poderosos, pero seguía condenado a perder.
Por fin, en 1945 el club ganó el trofeo de Río de Janeiro y rompió la maldición, había salido campeón por última vez en 1934. Once años de sequía.
Después de lograr el título del 45, el Presidente del Club manifestó : -¡Dios nos hizo un descuentito!- “

Ustedes que dicen, ¿nos hará a nosotros también el descuentito? , ojalá que sí, ¿verdad?.

Un abrazo a todos, y…..


CON TODO A LA LIGUILLA!!!

Articulo escrito por:
Marcelo Armijos Z.

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